INURBA apuesta por la colaboración en el sector y se incorpora como aliada de AMBE

INURBA se une como aliados de AMBE con el objetivo de seguir impulsando la bicicleta como parte esencial de la movilidad urbana y sostenible. Con más de 15.000 bicicletas operativas en Europa y América Latina, la compañía apuesta por la colaboración con otros actores del sector para promover sistemas de bici compartida que se integren plenamente en el transporte público y se adapten a las necesidades de cada ciudad.

Hablamos con Alejandro Martín Barraza, Responsable de Desarrollo de Negocio y Urbanismo, para conocer más sobre su visión y sus planes de futuro.

¿Qué ha motivado a Inurba a unirse a AMBE como empresa aliada?

En Inurba Mobility creemos en el papel clave de la bicicleta compartida dentro de la movilidad activa y su capacidad para transformar las ciudades. Nos unimos a AMBE porque compartimos su compromiso con el impulso de la bicicleta como un modo de transporte esencial y accesible para toda la ciudadanía.

Nuestra experiencia no se limita a la operación de sistemas de bicicletas públicas, sino que abarca una gestión integral de la movilidad ciclista en diversas ciudades.

Operamos servicios de bicicletas compartidas con más de 15.000 bicicletas en 10 ciudades de 5 países, adaptándonos a las necesidades de cada territorio. Por ejemplo, en Finlandia gestionamos 6.270 bicicletas en cuatro ciudades con una fuerte integración en el transporte público; en Gijón hemos impulsado una flota 100 % eléctrica; y en Francia operamos sistemas en ciudades como Marsella, Rouen y Clermont-Ferrand, combinando bicicletas mecánicas y eléctricas con estaciones físicas y aparcamiento virtual.

Además de las bicicletas compartidas públicas, gestionamos otros servicios clave en la movilidad ciclista. En Clermont-Ferrand, además del sistema de bicicletas públicas, operamos un servicio de alquiler de bicicletas de larga duración, aparcamientos seguros para bicicletas y un centro de atención ciclista. En Helsinki, además del servicio de bicicletas públicas, gestionamos un Bike Center donde se ofrecen servicios de asistencia, reparación y promoción del uso de la bicicleta.

Nuestra incorporación a AMBE responde a la voluntad de aportar esta experiencia al ecosistema ciclista en España y contribuir al desarrollo de soluciones innovadoras en movilidad urbana. Queremos fortalecer la conexión entre la bicicleta pública y otras iniciativas que faciliten su adopción masiva, además de colaborar con otros actores del sector para consolidar la bicicleta como un pilar fundamental de la movilidad en nuestras ciudades

¿Qué papel creéis que puede jugar la bicicleta compartida en la movilidad diaria de nuestros pueblos y ciudades? ¿Qué valor diferencial aporta Inurba?

La bicicleta compartida es una herramienta fundamental para facilitar la adopción de la bicicleta como medio de transporte diario. Su papel es ofrecer una opción de movilidad accesible, flexible y complementaria al transporte público, permitiendo a más personas moverse de manera sostenible sin necesidad de poseer una bicicleta propia.

El valor diferencial de Inurba radica en nuestra capacidad de adaptación a cada entorno. Somos un operador multiproducto. No ofrecemos un modelo único, sino soluciones a medida, teniendo en cuenta factores como la demanda, la orografía, los recursos disponibles y la estrategia de movilidad local. Operamos con una amplia variedad de tecnologías, desde estaciones con anclajes hasta modelos híbridos con aparcamiento virtual, asegurando que cada sistema sea eficiente y viable para la ciudad en la que se implementa.

¿Cuáles son los principales retos y oportunidades que identificáis? ¿Y cómo creéis que formar parte de AMBE puede ayudar a afrontarlos?

Uno de los principales retos para la sostenibilidad de la bicicleta pública compartida en España es la financiación de la operación (OPEX). Actualmente, muchas ciudades disponen de fondos europeos para la adquisición de flotas e infraestructuras (CAPEX), pero no para los costes de operación y mantenimiento. Esto genera un desajuste que puede comprometer la continuidad del servicio si no se abordan modelos de gestión más equilibrados. En un contexto donde algunos municipios replantean sus sistemas de bicicletas compartidas, es clave demostrar que un sistema de bicicleta pública compartida bien gestionado es una inversión en movilidad eficiente y accesible, no un gasto.

Otro desafío es la evolución del propio modelo de servicio. Más allá de los sistemas anclados a estaciones físicas (docking stations o estaciones con anclajes), existen soluciones más flexibles, como estaciones virtuales o modelos híbridos, que pueden ser más rentables y eficientes según el contexto urbano. Sin embargo, su adopción sigue siendo limitada en España, en parte por desconocimiento o falta de referencias técnicas en algunos ayuntamientos. Es fundamental avanzar en la sensibilización y formación de los responsables municipales para que cuenten con todas las herramientas a la hora de diseñar servicios de bicicleta compartida adaptados a las necesidades reales de cada ciudad.

Por otro lado, la infraestructura ciclista sigue siendo un factor determinante para el éxito de la bicicleta pública compartida. Ciudades como Barcelona, Valencia o Zaragoza han demostrado que una red ciclista bien desarrollada facilita la adopción de la bicicleta pública y atrae a nuevos usuarios. En casos especiales, como en Sevilla, donde el sistema público ha jugado un papel clave en la creación de ciclistas, el descenso en el uso responde más a la antigüedad de la flota que a una falta de demanda. Mantener estos servicios como parte de la política pública es esencial para seguir ampliando la base de usuarios.

La oportunidad está en la creciente apuesta por la movilidad activa y la descarbonización del transporte. En España, cada vez más ciudades están incorporando la bicicleta en sus planes de movilidad y explorando nuevos modelos de servicio, como la electrificación de las flotas o soluciones específicas mediante bicicletas especiales, como las de carga, que pueden atraer a un público más diverso.

En este escenario, la colaboración con AMBE nos brinda una plataforma para abordar estos retos de manera conjunta, promoviendo la bicicleta pública compartida como una pieza clave de la movilidad activa en España. A través del intercambio de conocimiento y el trabajo con administraciones y otros actores del sector, podemos contribuir a consolidar modelos más sostenibles y accesibles para la ciudadanía.

¿Cuáles son los proyectos e iniciativas que os proponéis para este año? Y un deseo para 2025…

En 2024 seguimos avanzando en la optimización de nuestros servicios y en la expansión de soluciones innovadoras para mejorar la experiencia de los usuarios. Queremos seguir fortaleciendo la integración de la bicicleta compartida con el transporte público y explorando modelos de servicio que faciliten el acceso a la bicicleta a más personas, incluyendo opciones de alquiler de largo plazo y estacionamiento seguro.

Para 2025, nuestro deseo es que la bicicleta siga ganando protagonismo en la movilidad cotidiana y que más ciudades la incorporen como un eje estratégico de su planificación urbana. Queremos contribuir a que España avance hacia un modelo de movilidad más equilibrado, donde la bicicleta sea una opción accesible y cómoda para todos.

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